Absolutamente merecido. El abanico de sonidos sacados de una simple strato no tiene parangón en la historia de la música. La ejecución de nuestra amada guitarra nunca hubiera sido la misma sin su corto pero intenso paso por este mundo. Tal vez, todavía estaríamos tratando de llegar a lo que él en un puñado de años llegó.
No somos pocos los que nos preguntamos hasta donde hubiera llegado con toda la tecnología actual a sus pies.
